Siguiendo el ejemplo de nuestra patrona, Santa Teresita del Niño Jesús, recemos por todos los misioneros del mundo que de distintas formas anuncian a Jesús, predicando la Palabra, ayudando a los pobres y/o sacrificando sus vidas en lugares hostiles.
En este mes, ofrezcamos un sacrificio para que no renuncien a su vocación de misioneros y para que el Espíritu Santo, impulsor de la misión, haga nacer esta hermosa vocación en mucha gente más.
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